Tus emociones desde 0
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¿Por qué funciona?
Muchas personas viven sus emociones como olas que las arrasan, sin entender qué las provoca, cómo se sienten en el cuerpo o qué consecuencias tienen. Esta tabla es como un manual de usuario de tus emociones: te ayuda a:
- Ponerle nombre a lo que sientes, en lugar de solo «sentirte mal».
- Identificar patrones: ¿Qué situaciones te generan ansiedad? ¿Cómo reacciona tu cuerpo ante el enojo?
- Tomar decisiones conscientes: Cuando sabes cómo funciona una emoción, puedes elegir cómo responder, en lugar de reaccionar sin pensar.
Ejemplo: Si descubres que la tristeza te hace aislarte, pero también te lleva a escribir, podrás usar esa información para cuidarte mejor.
¿Cómo usarlo?
- Elige una emoción que hayas sentido recientemente (puede ser alegría, tristeza, enojo, miedo, ansiedad, etc.).
- Completa cada columna con honestidad y curiosidad, como si fueras un detective explorando pistas: ○ Situación o evento que la provoca: ¿Qué pasó justo antes de sentirla? (Ejemplo: «Discutí con mi pareja», «Recibí un halago», «Me quedé sin batería en el celular»).
-
- Interpretaciones o pensamientos: ¿Qué pensaste en ese momento? (Ejemplo: «Me van a dejar solo», «No valgo nada», «Esto es injusto»).
- Cambios físicos que notas: ¿Cómo reacciona tu cuerpo? (Ejemplo: «El pecho se aprieta», «Las manos sudan», «Me tiembla la voz»).
- Formas de expresar la emoción: ¿Qué haces cuando la sientes? (Ejemplo: «Lloro», «Grito», «Me quedo en silencio», «Escribo»).
- Consecuencias a corto y largo plazo: ¿Qué pasa si actúas así una y otra vez? (Ejemplo: «A corto plazo, me siento aliviado; a largo plazo, la gente se aleja»).
- Repite con otras emociones hasta completar la tabla.
Para recordar:
- No hay respuestas incorrectas: Esto es para conocerte, no para que te evalúen.
- Empieza con emociones «fáciles»: Como la alegría o la sorpresa, antes de pasar a las más complejas.
- Usa ejemplos recientes: Así será más fácil recordar los detalles.
- Sé específico: En lugar de «Me enojo cuando me tratan mal», escribe «Me enojo cuando interrumpen mis ideas».
Reflexión final
Las emociones no son el problema; el problema es no entenderlas. Cuando las exploras desde cero, dejas de tenerles miedo y empiezas a usarlas como información. Por ejemplo:
- Si sabes que el miedo te hace evitar riesgos, puedes prepararte mejor antes de actuar.
- Si descubres que la tristeza te conecta con tu creatividad, podrás aprovecharla en lugar de huir de ella.
Pregúntate al terminar:
- ¿Qué emoción me cuesta más entender? ¿Por qué?
- ¿Hay algún patrón en mis reacciones físicas o conductas?
¿Qué necesito para manejar mejor [la emoción que más te limita]?
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